Puedo volar, extiendo mis alas para pasearme de flor en flor cuando tengo hambre. Puedo molestar con mi zumbido a cualquiera, aunque la mayoría de las veces molesto sin querer. Enveneno a los que más quiero, les pico y les inyecto amor, pero no intento hacer daño… Aunque quizás el amor se convierte en veneno al tiempo.
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