No sabes que existe ese momento, el perfecto…El momento exacto donde las cosas tienen que pasar en ese preciso instante, no sabes que existe hasta que lo sientes, sientes que ese era el momento del que la gente tanto hablaba, sientes que ese momento tan solo tenía que pasar en ese preciso instante, sino perdía su encanto. Entonces pasó.
Pasó que me diste la mano, pasó que los recuerdos se acumulaban en mi cabeza y un nudo en el estómago cada vez se hacía más y más grande, y es que nadie dijo que ver una película de amor era fácil, te hace recordar miles de momentos preciosos y amargos, y un final que no dejaste dar lugar en la realidad, pero en la película se ve perfectamente reflejado, un final triste pero hermoso, entonces te preguntas si ese hubiera sido tu final…Entonces te aprieta la mano, como si supiera qué es lo que piensas, y tú tan solo te limitas a mirar a la película cuando ni siquiera sabes lo que está pasando, solo notas que te mira, que lleva un siglo mirándote y parece que no se cansa, entonces tú sonríes sin dejar de mirar a la película, te sientes estúpida, le miras…y ese es el momento, el momento preciso en el que te mira, te habla con la mirada, te aprieta la mano con más fuerza, se acerca y te susurra un te quiero que te deja a tres metros sobre el cielo.
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